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DESCRIPCIÓN
“Blefaro” significa párpado en griego. Las blefaroplastias son las cirugías realizadas sobre los párpados superiores o inferiores. La pérdida de definición de los párpados suele ser por exceso de tejido en los superiores o la aparición de “bolsas” en los inferiores. Esto último se produce porque grasa intraocular hace protusión hacia fuera, como si fuera una hernia. El párpado inferior también puede tener exceso de piel. Todo esto hace que el aspecto físico sea de tristeza o cansancio por la aparición de sombras alrededor del ojo, pérdida de definición de párpado superior (frecuentemente no permite maquillarlo porque está tapado por la piel) y parece que el rabillo del ojo está hacia abajo.
TÉCNICA QUIRÚRGICA
Mediante anestesia local y una suave sedación que puede ser oral o intravenosa, se realiza la cirugía que consiste en:
Blefaroplastia superior
Antes de infiltrar el anestésico hay que realizar el marcaje del tejido a extirpar. Esto es muy importante, puesto que después, el párpado resultante tiene que ser competente para realizar su papel, que es proteger el ojo. No debemos, por apurar el resultado, dejar un párpado corto que no permita el cierre. La medida se realiza con ayuda de algún instrumento (pinzas), que, como si de un suave pellizco se tratara, permita valorar cuanta piel quitamos dejando la suficiente para que el ojo cierre.
Una vez realizado el marcaje, se infiltra anestésico con vasoconstrictor y se procede a la cirugía, que consistirá en extirpar el exceso de tejido, que puede ser piel, músculo orbicular y grasa según el caso.
La cicatriz en unos meses es prácticamente inapreciable y se suele situar en el pliegue del párpado.
Blefaroplastia inferior
En este caso el tratamiento se suele realizar sobre las bolsas palpebrales extirpándose o no piel.
Existen principalmente dos formas de hacerlo. Abordando por delante o por dentro del ojo.
Si se accede por delante, la incisión se practica bajo las pestañas con una extensión que sobrepasa un poco el rabillo del ojo. Se accede a la anatomía de detrás del músculo orbicular para llegar a las hernias grasas. Se abren los compartimentos y se extirpa la grasa que sobresale. Se ajusta la piel si fuera necesario y se sutura la herida resultando un párpado sin sombras y con la cicatriz inapreciable en unos meses.
Existe una variante técnica en la que no se extirpa toda la grasa, sino que se moviliza para rellenar la “ojera” en los casos en que exista surco marcado en esta zona. Se denomina trasposición de bolsas.
El otro abordaje es el denominado transconjuntival. La incisión se practica en la conjuntiva abordando las bolsas desde dentro.
RECUPERACIÓN
El postoperatorio es poco doloroso y rápido puesto que, tras la retirada de suturas a la semana puede incorporarse a tareas habituales con maquillaje sobre los hematomas.
El resultado se definirá en unos meses durante los cuales puede apreciarse cierto edema y tonalidad algo rosada de las cicatrices hasta su maduración.